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Desayunos habituales |
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Desayuno
basado en carbohidratos |
Por la mañana, los carbohidratos
simples (tostadas, mermelada, miel, croissants, pan blanco, zumo de
frutas, cereales empaquetados, azúcar refina-do, bollería
industrial) le proporciona-rán algo de energía y satisfarán
su apetito al incrementar sus niveles de azúcar en sangre;
inmediatamente, el páncreas responde a esa subida con una liberación
de insulina a la circula- |
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ción sanguínea.
La insulina retira el azúcar de la sangre y convierte este
exceso en grasa. Como consecuencia de esta caída de azúcar,
pronto se sentirá cansado, perderá la concentración
y se sentirá hambriento antes del almuerzo, lo que le empujará
a consumir más carbohidratos. Además, no estará
proporcionando a su cuerpo otros nutrientes necesarios para su correcto
funcionamiento, como proteínas, fibras, vitaminas, minerales
y grasas insaturadas saludables. Los picos y caídas reiterados
de azúcar en sangre desequilibran el organismo y, por consiguiente,
pueden tener efectos no deseados en su bienestar (exceso de peso,
diabetes, hipertensión). |
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Saltarse
el desayuno |
Es posible que no tenga apetito por la mañana
o que no disponga de demasia-do tiempo y solamente tome café,
té o mate. Pero saltarse el desayuno puede tener efectos
no deseados. Su cuerpo tratará de utilizar las reservas de
nutrientes y agua que necesita para funcionar adecuadamente, pero
ya las habrá consumido durante la noche. Si no come
nada, el nivel de azúcar en |
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sangre caerá y con seguridad
se sentirá cansado y hambriento más adelante, y entonces
necesitará tomar un tentempié (por ejemplo chocolate,
café con azúcar o galletas) para obtener algo de energía
y aumentar sus niveles de azúcar. Una vez más, el páncreas
responde a la subida de azúcar liberando insulina en la sangre,
conviertiendo el sobrante en grasa. Este círculo vicioso constituye
uno de los motivos principales de la diabetes, la hipertensión
y el exceso de peso. |
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